Un relato de... Pablo

Era el décimo día de confinamiento. Me desperté, con pereza, pensando que  otra vez iba a tener que sentarme yo solo frente al libro y al ordenador. Pero entonces…como estábamos en confinamiento, no me acordé de que ese día era festivo y en vez de ponerme con el colegio me lo pasé muy bien con mi familia. Hicimos palomitas, jugamos a las cartas y vimos una película. Y pasó de ser un día aburrido a ser un día excepcional.

Pablo

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