Un relato de... María

Era el décimo día de confinamiento. Me desperté, con pereza, pensando que  otra vez iba a tener que sentarme yo sola frente al libro y al ordenador. Pero entonces vi que había un monton de deberes en el aula virtual y me bajé a desayunar antes de empezar. Cuando subí descubrí que había un mensaje en mi mesa en que decía: te he quitado el libro de plástica. Yo me enfadé un montón y fui a quitársele, sabía que era mi hermano. Pero de repente él estaba haciendo un dibujo como el mío, entonces me disculpe y le dije que por favor me lo diese. Al final no había sido un ladrón, sino mi hermano que le gusta como dibujo yo.

María

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